1° de Crónicas cap 4 : 9-10
Y Jabes fue más ilustre
que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a
luz en dolor.
E invocó Jabes al Dios
de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio,
y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le
otorgó Dios lo que pidió.
Otra Versión dice Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo:
¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera
conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor! Y Dios le concedió
lo que pidió.
La biografía
más corta en la Biblia es la de un hombre llamado JABES.
¿Quién era
Jabes? Su Nombre significa Dolor / Lugar seco. Su madre lo llamó así porque lo concibió en dolor. En
aquel tiempo “todos” los partos eran con dolor, pues no existía la anestesia y
mucho menos las cesáreas; lo cual, no fue la situación del parto en si lo que
le causó el dolor a su madre.
Tal vez,
cuando Jabes nació significó algún tipo de dolor emocional para ella. Lo cierto
es que no fue bien recibido, su genealogía dice que era descendiente de Judá,
la tribu de los leones, llamada así porque se identificaba con un león en su
estandarte.
Hubo algo en
la extensa enumeración del historiador bíblico que lo llevó a hacer una pausa
en la genealogía de Judá y escribir "Jabes fue más ilustre que sus
hermanos..." fue así que Jabes
sobresale en la enumeración del historiador ya que es el único en el cual se
detiene a comentar una brevísima síntesis de vida de este personaje bíblico,
por muchos desconocido, por otros conocido de nombre solamente y por algunos
otros pasado por alto.
¿Qué se
puede decir de Jabes?, se hace referencia a su nacimiento, "su madre lo dio
a luz con dolor", Jabes tuvo un principio doloroso, la traducción de este
nombre sería algo así como "el que causará dolor", pero aunque el
principio de Jabes parece poco promisorio y marcado por la desdicha. Este hombre es el autor de una oración poco
común y cuyo resultado fue revolucionario y merece nuestro tratamiento hoy.
Creo que
todos compartimos el deseo de "honrar a Dios" con nuestra vida y de
la mejor manera, de agradarle, de ser usados como canales de la gloria, el
poder y el amor de Jesucristo, y oramos y pedimos al Señor que podamos ser un
vaso de honra, un vaso útil, lleno de la gracia del Señor. Jabes, pronuncia una oración en el verso 10
que conmovió el corazón de Dios y revolucionó con los resultados el presente.
Analicemos
el texto de esta oración que dice así " ¡Oh, si en verdad me bendijeres". Jabes dice "Señor bendíceme". A
veces tenemos el hábito de orar más por los otros que por nosotros. Oramos por los demás, intercedemos por otros,
pero a la hora de pedir para nosotros sentimos que está mal, que es una oración
egoísta. Sin embargo, los gigantes de la
fe oran de una manera diferente al resto.
La oración de Jabes nos enseña que es posible
que el Señor quiera que seamos más "egoístas" en el sentido de que
pidamos en oración cosas atrevidas para nosotros. No por nada el Proverbios. 10:22 dice "
La bendición de Jehová es la que
enriquece, Y no añade tristeza con ella"
Dios dejó a
Jabes decidir cuáles serían las bendiciones y cuándo las recibiría. Esto
entraña una enseñanza para nosotros hoy, el Señor nos dice a través de Jabes
que hay muchas bendiciones que el Señor está dispuesto a darnos y que están
allí en el cielo,
Dios en el cielo tiene paquetes de regalo llenos de ellas
para cada uno de nosotros pero, muchos de estos paquetes todavía siguen allí
sin ser entregados porque no pedimos.
Sí, el Señor tiene preparadas muchas
bendiciones más para nosotros, y es así porque la naturaleza de Dios es
bendecirnos, pero tenemos que hacer como los niños, atrevernos a pedir y a
veces pedir cosas grandes, ¿a quién no le gusta un regalo grande? ¿Por qué
pensar que él no puede dárnoslo?
¿Por qué dudar de si lo recibiremos si nuestro
Dios es Señor de todo, si las riquezas en gloria son inmensurables?
"Si ensanchares mi
territorio". En otras palabras ¡Jabes quiere vivir
más allá de los límites actuales!, Jabes quiere agrandar la casa, comprar el
lote de al lado o enfrente, JABES VA POR
MAS...
Y esto nos
enseña que la bendición de Dios es ilimitada, que hay más si queremos, que la
vida en Cristo es más allá del límite.
¿Es correcto
pedir al Señor que aumente nuestra gracia, que aumente nuestra unción, que nos
dé más dones, que nos dé más ministerio, y qué podríamos decir de nuestros
bienes, negocios, inversiones, de nuestra descendencia, nuestra familia y
nuestra Congregación?
Sí, y amén.
Jabes lo sabía, él sabía cómo pedir, y como recibir. Y el Señor le dio todo lo que pidió.
¿Podríamos
decirle al Señor hoy ¡Oh Dios, Rey mío y
Dios mío! te ruego que aumentes mis oportunidades? ¿Por qué no?
Atrevernos a
mover los límites y tomar territorios nuevos para Dios es a lo que el Señor nos
está llamando, y para ello nos da UNCIÓN DE CONQUISTA.
A través de
los años yo he aprendido a pedirle al Señor "Señor dame más, Almas, Hijos
Espirituales", "ensancha mis fronteras, mi visión" y el Señor me ha respondido.
Por lo
tanto, orar para que el Señor ensanche nuestro territorio implica orar por
cosas grandes, milagros de Dios y es un desafío a la fe.
Para los
pequeños pasos no necesitamos a Dios, para lanzarnos al vacío, para arrojarnos
a una gran corriente y dar un gran salto necesitamos un milagro.
"¡Oh
si tu mano estuviera conmigo!".
Muchas veces al encarar desafíos uno siente que no va a poder, pero
finalmente aparece "el toque de grandeza" del Señor.
De hombres
insignificantes, predestinados al fracaso como Jabes, como Moisés o como David
o Pedro, el Señor levantó gigantes.
Dios
comisionó a hombres y mujeres débiles y cobardes e inclusive incrédulos para
una MISIÓN EXTRAORDINARIA Y PARA EL HOMBRE IMPOSIBLE COMO SER LA DE PREDICAR EL
EVANGELIO A TODA CRIATURA Y HACER DISCÍPULO A TODAS LAS NACIONES. Sin embargo, cuando el Señor impartió su
TOQUE, cuando los llenó del Espíritu Santo, los grandes resultados no se
hicieron esperar, milagros y maravillas.
Hermano, el
Señor está observando, vigilando, atento sus oídos, esperando que le pidamos cada día ese TOQUE
DE SU MANO.
"Oh,
sí me guardaras del mal". Generalmente pedimos fuerza para pelear la
batalla espiritual. Sin embargo, Jabes
en su oración pidió ser guardado, su petición encierra una sabia estrategia,
que Dios lo mandara lejos de la lucha, de la batalla.
Estamos
hablando de como conservar una vida de éxito, podríamos hablar de los peligros
que entraña el éxito. Muchos de los que
llegan a la cima, luego caen estrepitosamente en el pecado. Es precisamente cuando experimentamos una
victoria que surgen estos inconvenientes y necesitamos la última parte de la
oración de Jabes.
A veces
predicamos, ministramos o intercedemos y entregamos todas nuestras fuerzas al
servicio, y nos agotamos, es allí cuando corremos peligro, ahí en la arena es donde el león rugiente puede
atrapar al gladiador, y es allí donde necesitamos ser guardados porque
carecemos de fuerzas para resistir.
Generalmente
oramos por fortaleza espiritual para resistir al mal, al pecado, a las tentaciones, a los ataques
espirituales. Sin embargo, la técnica más efectiva es mantenernos lejos de la
arena, lejos del pecado, para no tener que combatir (Mateo. 6:13 " Y
cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos
del poder del diablo.”
Procuremos
ser sabios para no ser engañados. Los
sentimientos y la mente son el blanco preferido del enemigo.
Oremos al
Señor para ser librado de la tentación que ponen presión a nuestros sentimientos y emociones. Guardemos
la mente y el corazón, guardémonos de esos pensamientos que nos perturban. Probablemente el enemigo ponga en nuestra
mente que "no merecemos más",
o que " "que tenemos derecho a tal otra", "o que Cristo no
nos ama tanto como para darnos...", pero la Palabra de Dios en 2° de Corintios.
10:4 dice " porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas”.
Hermanos queridos tenemos un legado de
triunfo, nunca lo olviden (Col. 2:13-15). “Y a vosotros, estando muertos en pecados y
en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había
contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en
la cruz, y despojando a los principados
y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
Finalmente, Dios le concedió a Jabes
todo cuanto pidió. Atrévete a ser un Jabes de esta generación!
Jesucristo te prospere en su gracia y te
conduzca de victoria en victoria.
Puedes tomar este versículo y pegarlo
en tu corazón para formar el hábito diario desde temprano de pedir lo que Dios
quiere hacer para ti.
El Toque de Tu Gloria
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