domingo, 19 de marzo de 2017

Bastate Mi Gracia



En 2 Corintios 12:9 Dice 

Otra Versión nos dice:



Esto nos habla Del Aguijón de Pablo que tenía en su carne. Algunos han sugerido que era malaria, epilepsia o un problema con la vista No sabemos qué era este aguijón, porque él tampoco lo confeso; pero la mejor sugerencia es que se trataba de alguna enfermedad de los ojos.

Pablo fue cegado sobrenaturalmente cuando se convirtió.
En Hechos 9:3-8 "Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;  y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?


El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
 Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Es posible que le quedó alguna debilidad incluso en los años posteriores. Podemos ver sugieren problemas en los ojos. en Gálatas 4.15  ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.
 Y en Gálatas 6 11 “Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano”.
 Sea lo que fuere, era un problema físico crónico y debilitante, que le obstaculizaba en su trabajo. Este aguijón era una molestia en su ministerio y pidió que fuera removido, pero Dios se negó a hacerlo

La presencia de este aguijón era prueba de su experiencia celestial relatada en 2 Corintios 12 1 

Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.

Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),  que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.

Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.

Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;  respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.

Porque Dios le dio el aguijón (¡qué regalo!) para que no se enorgulleciera. Los enemigos de Corinto le acusaron de ser débil (2 Corintios 10.1, "Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros", y ahora él admite que era débil, pero su debilidad era un don de Dios. Esa misma debilidad de que se le acusaba ¡era en realidad un argumento en favor de su autoridad apostólica!

Que podemos aprender de la experiencia de Pablo con el aguijón:
    1)  Las bendiciones espirituales son más importantes que las físicas. Pablo pensaba que podía ser un mejor cristiano si se aliviara de su debilidad, pero la verdad fue exactamente lo opuesto.
   
    2)  La debilidad es fortaleza si Cristo está en ella en  
    1 Corintios 1. 26 –31  Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;  sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
    Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
          
Hay gracia para satisfacer toda necesidad. ¡La gracia capacitó a Pablo para que aceptara su debilidad, se gloriara y se regocijara en ella! Pablo sabía que su debilidad daría gloria a Cristo y eso era todo lo que importaba
 Aunque Dios no le quitó la aflicción física, le prometió demostrar su poder en él. El hecho de que el poder de Dios se muestra en gente débil debiera darnos valor.

Si reconocemos nuestras limitaciones, no nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos. Al contrario, nos volveremos a Dios, buscando el camino para ser más efectivos. Debemos confiar en Dios, para ser eficaces, antes que en una energía, esfuerzo o talento.

Nuestras debilidades no sólo nos ayudan a desarrollar nuestro carácter cristiano, sino que también profundizan nuestra adoración, porque al afirmar nuestras debilidades, afirmamos la fortaleza de Dios

Cuando nuestras habilidades son sobresalientes o nuestros recursos son considerables, somos tentados a realizar la obra de Dios a nuestra manera, y eso conduce al orgullo.

Cuando estamos conscientes de nuestra debilidad y permitimos que Dios nos llene con su poder, entonces llegamos a ser mucho más fuertes de lo que pudimos haber sido jamás dependiendo de nosotros mismos. Dios no pretende que nosotros seamos débiles, pasivos o ineptos, la vida provee suficientes impedimentos y problemas sin que los busquemos.

Cuando estos obstáculos vienen, debemos depender de Dios. Sólo la labor que se cumple en su poder nos hace efectivos para Él y tiene valor perdurable.

Pablo no estaba meramente revelando sus sentimientos, sino defendiendo su autoridad como apóstol de Jesucristo. 
Muchas veces nos hieren de muchas maneras con dudas cuestionamientos nos juzgan Pablo se defendía por causa del evangelio, no para satisfacer su ego.
Por eso hermanos Confiemos en Dios totalmente permitamos que Dios actué en nosotros
Desarrollemos nuestro carácter cristiano profundicemos nuestra adoración para afianzar nuestras debilidades para afirmarnos en la Fortaleza en Cristo Jesús. AMEN




Libre Soy










 




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